Por Aníbal Hardy
chirola36@hotmail.com
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Columnista
Para ChacoMundo
Comentarios: (02)
Progresismo es un término ideológico de aplicación genérica, que en la actualidad sirve como etiqueta para agrupar posiciones políticas, doctrinas filosóficas, éticas y económicas identificables de un modo amplio con lo que se denomina izquierda, entendida como los principios en los que se basó la Revolución Francesa de 1789 (Libertad, igualdad y fraternidad). El progresismo actual defiende nuevos tipos de libertades tales como las ligadas a la identidad sexual (feminismo, derechos de los homosexuales), el aborto, la defensa de la tierra (ecologismo), derechos de los animales y otras tradicionales, como el laicismo. Es tolerante con la diversidad religiosa y la inmigración (multiculturalismo). Para la propagación de esta ideología se utilizan los llamados Medios de Comunicación Masivos y los partidos políticos de izquierda.
La noción de progreso es más vieja que la de izquierda, con un camino diferente para arribar al bienestar del hombre sin tener que sojuzgarlo y borrar de su cerebro por la fuerza bruta toda relación con su propio ser. Desde nuestra historia argentina, cuesta definir quienes encarnaron el rol progresista en los tiempos fundacionales. Si el ilustrado Moreno o el popular Saavedra. Si fueron los federales y unitarios, o los propulsores de la guerra del Paraguay o del exterminio indígena y, avanzando hasta el siglo XX, si era ser progresista sumarse a la asonada contra Hipólito Irigoyen o unirse al movimiento compuesto por oficiales pro fascistas y el integrismo católico imperante. El golpe militar a Frondizi, que interrumpió nuestra evolución republicana contó seguramente con el apoyo o por lo menos la indiferencia de los sectores “progresistas” argentinos.
Hoy, en nuestro país es difícil saber dónde se ubica un “progre” ante el dilema de un gobierno que ha plantado tercamente la agenda de los derechos humanos pero que no demuestra voluntad de producir un cambio verdadero en la distribución de la riqueza, sostener la vigencia completa de la Constitución y la Justicia y dejar de ejercer una sistemática presión sobre la moral de los integrantes de las FF.AA. y el campo. Muchos de los funcionarios actuales dicen haber sido víctimas en el pasado, pero cobijan rencores, carecen del profesionalismo mínimo para hacerse cargo de las políticas que se les delega, tienen estructuras cuasifeudales, proclives al clientelismo y a los favores del poder central. Viven del presupuesto nacional.
Esta hipocresía enmarcada en una actitud de tolerancia indiferente de la sociedad argentina, lleva en definitiva a la pregunta, si un progresista es lo mismo que un hombre de izquierda. En las décadas del 60 y 70 ser progre era definirse como portador de una vaguedad ideológica y desviaciones burguesas, ahora muchos prefieren definirse como “progresista” antes que exponerse diciendo “soy de izquierda”, para no reconocer el anacronismo de un comunismo fracasado en su teoría y en su práctica. La estrategia discursiva de la izquierda presente ha incorporado nuevos elementos a los efectos de presentarse a la opinión pública como una ideología “humanista”, “filantrópica” y “comprometida socialmente”. Se visten con los residuos de ideologías que no conocen ni les interesa aplicar, traicionan a sus votantes, presumen de sus fantásticos discursos retóricos y se arrastran tras los intereses que mejor les acomoda a su propio y personal interés, que nunca es el interés de todos.
Es motivo de esta nota desenmascarar a los que se ocultan en la dialéctica y a los que hacen un aprovechamiento innoble del desconocimiento ciudadano, usufructuando de su propio “progreso” material “a costo del Estado” , el verdadero “progresismo” que practican mientras declaman la defensa de valores humanos que no aplican..
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COMENTARIOS DE NUESTROS LECTORES:
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Roberto – Chaco – Argentina
Interesante la columna. Me llevó tiempo leerla, porque es bastante conceptual. Pero en el fondo creo que está bien. Las noticias que uno ve por la tele, los discursos de los políticos, más ahora en tiempos de elecciones, los análisis políticos que hacen los periodistas de BS AS, a veces me resultan cansador porque me hablan de situaciones pero nunca nadie me llego a explicar las cosas básicas. Fijate Hardy , esto del progresismo, de la izquierda, escuchamos todos los días. Para un político probablemente (y digo probablemente porque hay cada burro) sean palabras habituales. Pero para el comun de la gente no creo. Porque cuando fuimos a la escuela ni lo mínimo nos enseñaron. El preámbulo, las partes de la constitución, la división de poderes y algunas otras cosas. Pero vos te acordas cuantos años teníamos por entonces?.El tiempo pasa rapido. Nos dan DATOS pero uno enseguida los olvida, porque cada vez es mas urgente comenzar a trabajar a temprana edad. Y cuando ya estas trabajando no tenes tiempo para pensar y terminás conformándote con la catarata de noticias de los medios, que duran menos del tiempo que necesitas para rumiarla cuando ya hay otra. Yo conoci este sitio hace poco, hara 1 año. No es que sea perfecto (y que no se enoje el director), pero por lo menos nos ayuda a pensar. Muy bien.
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Julio – Chaco - Argentina
Estoy de acuerdo con Roberto. La otra vez vos habías sacado una columna que era sobre lo que podría llegar a pasar con Scioli si ganaba una banca como diputado. Te acordás la batahola que se armó en el foro?. Yo estudie MCS, aunque nunca ejercí. Pero recuerdo que en sitios medianos y según el tema, sólo comenta UN lector de cada 300. Por eso estoy de acuerdo con Roberto. Porque si ese día muchos participaron del foro, significa que todavía no nos hemos resignado a que nos “embrutezcan” más de lo que ya estamos. Todavía conservamos la “llama” que nos recuerda que vivimos, que somos personas y que podemos pensar, ha pesar de la obsesión que tienen los partidos por capturar "clientes".
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Para ChacoMundo
Comentarios: (02)
Progresismo es un término ideológico de aplicación genérica, que en la actualidad sirve como etiqueta para agrupar posiciones políticas, doctrinas filosóficas, éticas y económicas identificables de un modo amplio con lo que se denomina izquierda, entendida como los principios en los que se basó la Revolución Francesa de 1789 (Libertad, igualdad y fraternidad). El progresismo actual defiende nuevos tipos de libertades tales como las ligadas a la identidad sexual (feminismo, derechos de los homosexuales), el aborto, la defensa de la tierra (ecologismo), derechos de los animales y otras tradicionales, como el laicismo. Es tolerante con la diversidad religiosa y la inmigración (multiculturalismo). Para la propagación de esta ideología se utilizan los llamados Medios de Comunicación Masivos y los partidos políticos de izquierda.
La noción de progreso es más vieja que la de izquierda, con un camino diferente para arribar al bienestar del hombre sin tener que sojuzgarlo y borrar de su cerebro por la fuerza bruta toda relación con su propio ser. Desde nuestra historia argentina, cuesta definir quienes encarnaron el rol progresista en los tiempos fundacionales. Si el ilustrado Moreno o el popular Saavedra. Si fueron los federales y unitarios, o los propulsores de la guerra del Paraguay o del exterminio indígena y, avanzando hasta el siglo XX, si era ser progresista sumarse a la asonada contra Hipólito Irigoyen o unirse al movimiento compuesto por oficiales pro fascistas y el integrismo católico imperante. El golpe militar a Frondizi, que interrumpió nuestra evolución republicana contó seguramente con el apoyo o por lo menos la indiferencia de los sectores “progresistas” argentinos.
Hoy, en nuestro país es difícil saber dónde se ubica un “progre” ante el dilema de un gobierno que ha plantado tercamente la agenda de los derechos humanos pero que no demuestra voluntad de producir un cambio verdadero en la distribución de la riqueza, sostener la vigencia completa de la Constitución y la Justicia y dejar de ejercer una sistemática presión sobre la moral de los integrantes de las FF.AA. y el campo. Muchos de los funcionarios actuales dicen haber sido víctimas en el pasado, pero cobijan rencores, carecen del profesionalismo mínimo para hacerse cargo de las políticas que se les delega, tienen estructuras cuasifeudales, proclives al clientelismo y a los favores del poder central. Viven del presupuesto nacional.
Esta hipocresía enmarcada en una actitud de tolerancia indiferente de la sociedad argentina, lleva en definitiva a la pregunta, si un progresista es lo mismo que un hombre de izquierda. En las décadas del 60 y 70 ser progre era definirse como portador de una vaguedad ideológica y desviaciones burguesas, ahora muchos prefieren definirse como “progresista” antes que exponerse diciendo “soy de izquierda”, para no reconocer el anacronismo de un comunismo fracasado en su teoría y en su práctica. La estrategia discursiva de la izquierda presente ha incorporado nuevos elementos a los efectos de presentarse a la opinión pública como una ideología “humanista”, “filantrópica” y “comprometida socialmente”. Se visten con los residuos de ideologías que no conocen ni les interesa aplicar, traicionan a sus votantes, presumen de sus fantásticos discursos retóricos y se arrastran tras los intereses que mejor les acomoda a su propio y personal interés, que nunca es el interés de todos.
Es motivo de esta nota desenmascarar a los que se ocultan en la dialéctica y a los que hacen un aprovechamiento innoble del desconocimiento ciudadano, usufructuando de su propio “progreso” material “a costo del Estado” , el verdadero “progresismo” que practican mientras declaman la defensa de valores humanos que no aplican..
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COMENTARIOS DE NUESTROS LECTORES:
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Roberto – Chaco – Argentina
Interesante la columna. Me llevó tiempo leerla, porque es bastante conceptual. Pero en el fondo creo que está bien. Las noticias que uno ve por la tele, los discursos de los políticos, más ahora en tiempos de elecciones, los análisis políticos que hacen los periodistas de BS AS, a veces me resultan cansador porque me hablan de situaciones pero nunca nadie me llego a explicar las cosas básicas. Fijate Hardy , esto del progresismo, de la izquierda, escuchamos todos los días. Para un político probablemente (y digo probablemente porque hay cada burro) sean palabras habituales. Pero para el comun de la gente no creo. Porque cuando fuimos a la escuela ni lo mínimo nos enseñaron. El preámbulo, las partes de la constitución, la división de poderes y algunas otras cosas. Pero vos te acordas cuantos años teníamos por entonces?.El tiempo pasa rapido. Nos dan DATOS pero uno enseguida los olvida, porque cada vez es mas urgente comenzar a trabajar a temprana edad. Y cuando ya estas trabajando no tenes tiempo para pensar y terminás conformándote con la catarata de noticias de los medios, que duran menos del tiempo que necesitas para rumiarla cuando ya hay otra. Yo conoci este sitio hace poco, hara 1 año. No es que sea perfecto (y que no se enoje el director), pero por lo menos nos ayuda a pensar. Muy bien.
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Julio – Chaco - Argentina
Estoy de acuerdo con Roberto. La otra vez vos habías sacado una columna que era sobre lo que podría llegar a pasar con Scioli si ganaba una banca como diputado. Te acordás la batahola que se armó en el foro?. Yo estudie MCS, aunque nunca ejercí. Pero recuerdo que en sitios medianos y según el tema, sólo comenta UN lector de cada 300. Por eso estoy de acuerdo con Roberto. Porque si ese día muchos participaron del foro, significa que todavía no nos hemos resignado a que nos “embrutezcan” más de lo que ya estamos. Todavía conservamos la “llama” que nos recuerda que vivimos, que somos personas y que podemos pensar, ha pesar de la obsesión que tienen los partidos por capturar "clientes".
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